Posiblemente la intensidad de las actividades diarias incida para que pasemos inadvertidamente nuestra forma de interactuar con los demás, que en muchas ocasiones podrá ser insatisfactoria; incluso ocurre con nuestra propia familia al no brindarles el buen trato ni la atención que se merecen. Es inquietante no darnos cuenta que nuestro proceder pudiera ser inadecuado.
Por lo contrario, cuando reflejamos un real afecto y un genuino interés por nuestros seres queridos y para los que están a nuestro alrededor, hay reacciones muy especiales que recibimos sin esperarlo. Esto sucede porque estamos cumpliendo lo que DIOS nos manda hacer.
A continuación les compartimos la siguiente historia, que aunque resulta sencilla es muy representativa:
El hombre en el refrigerador
Cuenta una historia que hace muchos años un hombre trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega. Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para hacer una inspección, ya que no estaba funcionando apropiadamente; por alguna razón se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador.
El hombre golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar una y otra vez, pero nadie lo escuchaba, pues la mayoría de los trabajadores se había ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta.
Pasaron cuatro horas en el refrigerador y se sentía ya al borde de la muerte, sin esperanzas de salvación.
De repente y para su inmensa alegría, se abrió la puerta. El guardia de seguridad entró y lo rescató.
Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debía el que se le ocurrió abrir ésa puerta ya que no era parte de su rutina de trabajo.
Él explicó: - llevo trabajando en ésta empresa casi 25 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mi en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si yo fuera invisible.
- Hoy, como cada día -continuó expresando el guardia de seguridad-, me dijo " hola " a la entrada, pero nunca escuché - "hasta mañana" . Yo espero por ese "hola, buenos días", y el "hasta mañana" en cada jornada. Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que debía estar en algún lugar del edificio y que algo debió pasarle, por lo que lo busqué y gracias a Dios lo encontré ".
- El es una persona muy diferente a los demás -dijo el guardia de seguridad sin ninguna duda-.
Interesante ¿verdad? Pero .........en su caso....
¿Sus amigos o compañeros de trabajo lo consideran a usted "una persona diferente a los demás"?, ¿lo estiman como "una buena persona"? ¿Que opinión tiene su familia de usted? "Todas vuestras cosas sean hechas con amor". 1 Corintios 16: 14.
Si usted cumple con lo que dice la Palabra de DIOS, seguramente la respuesta será positiva:
"Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres". Proverbios 3: 1-4.
Hablando con franqueza, ¿se propone y desarrolla usted algunas acciones para ser de bendición a los demás, ya sea con un abrazo, un consejo a tiempo, una palabra de aliento, brindando un verdadero saludo de "muy buenos días", efectuando una visita a alguien enfermo, ayudando con algo material si fuera el caso, etc.?
Esto es algo entre usted y DIOS
Que el Todopoderoso le bendiga de acuerdo a la relación personal que usted tenga con EL,
Nelson y Trinidad de Rodríguez
PALABRA, AMOR Y FE
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