domingo, 12 de febrero de 2012

UN PEQUEÑO ACTO PUEDE CAMBIAR LA HISTORIA

Estimados Hermanos

DIOS actúa de una manera muchas veces inexplicable para nuestra lógica y entendimiento, pero EL definitivamente sabe lo mejor para nosotros y para quienes nos rodean. Por tanto debemos de estar prestos a escuchar la guía de DIOS y a desarrollar diligentemente lo que requiera de nosotros, pues sorprendentes cosas suceden, ya que EL es el Estratega Perfecto.

A continuación les presentamos la siguiente historia que esperamos sea de su agrado y motivación.   
 
UN PEQUEÑO ACTO PUEDE CAMBIAR LA HISTORIA
Su nombre era Fleming, un agricultor pobre de Inglaterra. Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano. Inmediatamente soltó sus herramientas y corrió hacia ese lugar. Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando, tratando de liberarse del pantano que lo estaba hundiendo.
El agricultor Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte segura, lenta y terrible.
Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor inglés.
Un noble inglés, elegantemente vestido, se bajó del vehículo y se presentó a sí mismo como el padre del niño que Fleming había salvado.
--Yo quiero recompensarlo, --dijo el noble inglés--, Usted salvó la vida de mi hijo.
--No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice, --respondió el agricultor inglés, rechazando la oferta--, sólo hice lo que debía.
En ese momento el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.
--¿Es este su hijo? preguntó el noble inglés.
--Sí, --respondió el agricultor lleno de un paternal orgullo.
--Le voy a proponer un trato, déjeme llevar a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.
--El agricultor aceptó.
Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor, se graduó en la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres.
Algunos años después, el hijo del noble inglés, cayó enfermo de pulmonía.
--¿Qué lo salvó? La Penicilina.
--El nombre del noble inglés? Randolph Churchill.
--El nombre de su hijo? Winston Churchill, quien llegó a ser el primer ministro británico durante la II Guerra mundial, y uno de los artífices de la resistencia inglesa, y del fin de esa guerra.
--El nombre del hijo del agricultor, Alexander Fleming, descubridor precisamente de la Penicilina, quien se convirtió en un personaje mundialmente conocido.
Un sólo acto  "insignificante" para el mundo, cambió esta parte de la historia. DIOS es así, por eso es El Admirable.

Nuestros actos cristianos jamás pasarán desapercibidos, recuerde que DIOS siempre estará presente para transformar nuestro granito de arena en grandes cosas. No olvidemos que la manera en que nos comportemos afectará a quienes nos rodean y aún más a nosotros mismos.
Refleja siempre a Jesús que vive en ti.

"Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. " 2 Corintios 9:6.

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. ." Gálatas 6:7.

DIOS siempre obra, en los grandes y pequeños detalles, déjate guiar por EL y actúa de acuerdo a Su Voluntad, es lo mejor que te puede suceder.

Que DIOS nos brinde a todos una semana con especiales bendiciones,
 
Nelson y Trinidad de Rodríguez
PALABRA, AMOR Y FE

domingo, 5 de febrero de 2012

EL PERRO Y EL CONEJO

Estimados Hermanos
Continuando con el tema acerca de la manera apresurada (y muchas veces errónea) con la que reaccionamos por situaciones inesperadas o ante faltas de los demás que consideramos fuertes, es necesario tener presente lo que dice la Palabra de DIOS:

"El alma sin ciencia no es buena, y aquel que se
apresura con los pies, peca." Proverbios 19: 2.
En ese orden, les compartimos a continuación la siguiente historia, que esperamos sea de reflexión para todos y cada uno de nosotros:
EL PERRO Y EL CONEJO

Un padre de familia le compró un conejo a sus hijos.  Esto animó a los vecinos quienes
compraron un cachorro pastor alemán.
 
El padre de familia exclamó:
-    ¡Pero él se comerá a mi conejo!
-    De ninguna manera, mi pastor es cachorro -dijo el vecino-. Crecerán juntos, y serán amigos.  Yo entiendo mucho de animales. No habrá problemas.
Y parece que el dueño del pastor alemán tenía razón. El perro y el conejo crecieron juntos y se hicieron amigos. Era normal ver al conejo en el patio del perro y al revés.

Un viernes, el dueño del conejo se fue a pasar un fin de semana en la playa con su familia.  El domingo en la tarde el dueño del pastor alemán, su esposa e hijos, disfrutaban de una merienda, cuando entró el perro a la cocina.  Traía al conejo entre los dientes, sucio lleno de tierra, y además muerto.  
 
Decía el hombre:
-    El vecino tenía razón mi perro mató al conejo, ¿y ahora qué haremos?.
La primer reacción fue echar al pastor alemán de la casa, además de los golpes que ya le habían dado como castigo.  En unas horas los vecinos iban a llegar.  Todos se miraban, mientras el perro afuera lamía sus heridas.
 
Uno de ellos tuvo la siguiente idea:
-    Bañemos al conejo, lo dejamos bien limpiecito, después lo secamos con el secador y lo ponemos en su casita en el patio, para que los vecinos crean que el conejo falleció "de muerte natural" .  Así lo hicieron; hasta un poquito de perfume le pusieron al animalito.  ¡Quedó lindo!  "parecía vivo" decían los niños, y allá lo pusieron, con las piernitas cruzadas como si estuviese durmiendo. Luego al llegar los vecinos se sintieron los gritos de los niños.
 
No pasaron cinco minutos cuando el dueño del conejo vino a tocar a la puerta, algo extrañado.
-    ¿Qué pasó?, le dijo su vecino un tanto temeroso.
-    El conejo murió.
-    ¿Murió?
-    Sí, murió el viernes.
-    Murió ¿EL VIERNES....?
-    Sí, fue antes de que viajáramos.  Los niños lo habían enterrado en el fondo del patio...

A continuación, un incomodo silencio se presentó entre ambos hombres.
 
Ustedes podrán imaginarse al pastor alemán buscando desde el viernes  en vano por su amigo de la infancia, el conejo. Después de mucho olfatear, descubrió el cuerpo enterrado.  ¿Qué hace el pastor alemán?  Probablemente con el corazón partido, desentierra al amigo y va a mostrárselo a sus dueños, imaginando poder obtener una ayuda para el conejo.
 
Desafortunadamente para el pobre perro, el hombre tiene la tendencia a juzgar anticipadamente los acontecimientos sin verificar qué ha ocurrido realmente, lo que se tradujo en un fuerte castigo (prácticamente una paliza) para el pastor alemán y el haberlo retirado de la casa.  Y esto sin tomar en cuenta lo embarazoso de la situación por parte del dueño del pastor alemán con su vecino.

¿Cuántas veces sacamos conclusiones equivocadas de diversas  situaciones y nos creemos dueños de la verdad?  Pensemos bien antes de juzgar las acciones de los demás y tengamos cuidado de no emitir juicios anticipados, mucho menos actuar en consecuencia, podríamos resultar avergonzados.
 
"No entres apresuradamente en pleito, No sea que no sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya avergonzado". Proverbios 25: 8.

"No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios". Eclesiastés 7: 9.
La gente puede dudar de lo que tú dices, pero siempre creerá en lo que tú haces.


Queridos Hermanas y Hermanos, es nuestro deseo que la divina guía de DIOS sea el Norte Espiritual para todos, en lo que pensemos y actuemos,

Nelson y Trinidad de Rodríguez
PALABRA, AMOR Y FE